Jason Goes to Hell es una película tan loca. Me trajeron para trabajar en ella mientras escribía una película llamada La vuelta de mi novio para Sean Cunningham y aún estaba aprendiendo a escribir. También fue la primera película que dirigió Adam Marcus. Ambos teníamos unos 23 años y condujimos juntos a Los Ángeles en una furgoneta desde Nueva York. Cuando tomé ese guion, lo pensé más como una comedia - y sabía que podía ser más divertida. Heredé el concepto del salto de cuerpo e intenté traer de vuelta al personaje de Jason. Fue un tiempo salvaje y disfruté trabajar en ello. Tengo muchos recuerdos entrañables de eso. ¡También estoy en ella! Hago el papel del asistente del forense que le empujan la cabeza a través de la rejilla.

A pesar de que es una comedia, escribimos a Harley Quinn como un drama, y tomamos a los personajes muy en serio. Lloramos cuando mueren y los animamos cuando hacen algo divertido. Así que la salsa secreta del programa es que, a pesar de ser una comedia realmente divertida, hay mucho carácter y tragedia detrás de ella. Honramos todo eso, y para mí, es lo que más define al programa. No es cuánto contenido para adultos tiene (aunque eso es obviamente muy importante). Es que tomamos el mundo en serio mientras también entregamos la grosería y lo absurdo por lo que es conocido.