Desde que las franquicias de Jurassic Park (1993) y Jurassic World (2015) llegaron a los cines no volvimos a ver a los dinosaurios como simples fósiles. En nuestra pantalla, estas criaturas cobraron vida con fuerza, inteligencia e incluso personalidad. Algunos de estos dinos nos hicieron soñar con tener unos pequeños bebés Triceratops en el jardín—estamos seguros de que con un poco de paciencia serían una compañía ideal—, mientras que otros nos convencieron de nunca, jamás, participar en un experimento de clonación genética. Nuestra guía presenta los 5 peores dinosaurios que no desearíamos que nos comieran y los 5 que querríamos como mascota.
Los 5 dinosaurios que no desearías que te comieran
Indominus Rex
La peor pesadilla creada por el hombre. Diseñado genéticamente para ser más grande, más fuerte y más inteligente que cualquier otro depredador, el Indominus Rex es la culminación de todo lo que está mal con la ambición científica. Este híbrido de Jurassic World (2015) no solo puede camuflarse y engañar a sus presas, sino que también mata por diversión. No actúa por necesidad, sino por sadismo. Ser comido por el este dinosaurio sería una experiencia prolongada y aterradora, porque probablemente jugaría contigo primero. Si hay un dinosaurio con el que no quieres estar encerrado, es este. Olvida correr: este monstruo siempre va un paso por delante.
Spinosaurio
Aunque el T. rex es el rostro clásico del terror jurásico, fue el Spinosaurio quien verdaderamente nos traumatizó en Jurassic Park III (2001). Desde su irrupción brutal hasta su victoria inesperada contra el mismísimo Rexy, este coloso bípedo demostró ser aún más salvaje y territorial. Con una mandíbula alargada diseñada para atrapar presas tanto terrestres como acuáticas, el Spinosaurio te cazaría con furia y sin piedad. Es ágil, fuerte y absolutamente imparable cuando se enfada. Morir entre sus fauces sería brutal y rápido, pero no lo suficientemente rápido como para evitar el terror puro de verlo acercarse.
Dilofosaurio
Al principio, este dinosaurio puede parecer inofensivo. Es pequeño, camina solo y mueve la cabeza con curiosidad. Pero cuando despliega su cola y escupe veneno paralizante, sabes que ya no hay escapatoria. Si Jurassic Park (1993) nos enseñó algo es que el Dilofosaurio es el asesino más traicionero del parque: no necesitas hacerlo enfadar, solo estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Lo vimos en acción con Dennis Nedry, y fue espeluznante. Morir a manos (o mejor dicho, fauces) de este dino no solo sería doloroso, sino humillante. Una muerte lenta, tóxica y seguramente acompañada de su chillido agudo. Lo último que oirías.
Mosasaurio
El terror del océano. Aunque no es técnicamente un dinosaurio, el Mosasaurio es una de las criaturas más impactantes de la franquicia. Este titán marino hace que cualquier tiburón luzca como un pez dorado. En Jurassic World (2015) se roba la atención en cada aparición: devorando un tiburón como si fuera un snack, o saltando del agua para engullir al Indominus Rex. Y en Jurassic World: Renace (2025) no se queda atrás. Ser comido por un Mosasaurio sería una sentencia inmediata. Estás nadando tranquilamente y, en un instante, eres tragado sin previo aviso. No hay gritos, no hay escape, solo oscuridad y la presión del océano cerrándose sobre ti.
Velociraptor
Los Velociraptores no necesitan ser gigantes para ser mortales. Lo que los hace verdaderamente aterradores es su inteligencia y su capacidad para trabajar en equipo. En Jurassic Park (1993), vimos cómo acechan, planean emboscadas y hasta abren puertas. Morir a manos de un raptor no sería cuestión de fuerza bruta, sino de una cacería calculada. Primero te observan, luego te rodean y, cuando menos lo esperas, atacan todos a la vez. Su precisión es quirúrgica. La muerte no llega de inmediato, sino tras segundos de pánico absoluto mientras intentas pensar como ellos… y siempre pierdes.
Los 5 dinosaurios que querrías como mascota
Braquiosaurio
Uno de los momentos más icónicos de Jurassic Park (1993) es cuando el Dr. Grant ve por primera vez a un Braquiosaurio. Con su cuello altísimo y movimientos tranquilos, esta criatura irradia una calma casi mágica. Son herbívoros, sociables y parecen disfrutar de la compañía humana. Tener uno como mascota sería como convivir con un árbol viviente, uno que te saluda con la cabeza y podría ayudarte a cosechar manzanas del árbol más alto. Claro, necesitarías un campo enorme y toneladas de vegetación diaria, pero la ternura que inspira compensa cualquier esfuerzo. No hay criatura más majestuosa.
Bebés Triceratops
Imagina un cachorro con cuernos y armadura, como un bulldog prehistórico. Así son los bebés Triceratops: adorables, robustos y con una energía imparable. Aunque los adultos pueden ser territoriales, los pequeños son juguetones y curiosos. Vimos su dulzura en Jurassic World: Campamento Cretácico (2020) y en algunas escenas de Jurassic World (2015). Con el entrenamiento adecuado, podrían ser tan leales como un perro… aunque con una fuerza capaz de volcar coches. Perfectos para paseos épicos (si tienes un prado a mano) y para mantener alejados a intrusos. Eso sí, prepárate para una factura veterinaria nivel jurásico.
Compsognathus
Estos diminutos dinosaurios tienen fama de problemáticos, y con razón. En grupo pueden ser peligrosos, pero un “Compy” solitario bien alimentado y domesticado podría ser una mascota divertida y muy activa. Son como una mezcla entre un periquito, un gato travieso y un velociraptor en miniatura. Traviesos pero entrañables. Como vimos en El mundo Perdido: Jurassic Park (1997) o Jurassic World: El Reino Caído (2018), les encanta explorar, trepar y curiosear. Son fáciles de alimentar, aunque difíciles de controlar si los pierdes de vista. Su tamaño los hace ideales para espacios pequeños, siempre y cuando puedas resistir sus travesuras. Con suerte, no te morderá… demasiado.
Ankylosaurio
Con su cuerpo acorazado y su cola en forma de mazo, el Ankylosaurio es la mascota ideal para quienes quieren protección con estilo. Vimos en Jurassic Park III (2001) que es como un armadillo blindado de tamaño dinosaurio. Un tanque que querrás abrazar sin dudarlo. Tranquilo y herbívoro, este animal prehistórico no busca pelea, pero si alguien te molesta, bastará un golpe de su cola para poner las cosas en orden. Además, su aspecto robusto y su andar torpe lo hacen entrañable. No es el más rápido ni el más expresivo, pero su presencia imponente lo convierte en el mejor compañero para quien necesite sentirse seguro en todo momento.
Parasaurolophus
Con su larga cresta hueca que actúa como una trompeta natural, el Parasaurolophus no solo es hermoso, sino también fascinante. Como vimos en Jurassic Park (1993) o Jurassic World: Dominion (2022), sus sonidos únicos, que parecen cantos melódicos, le dan un aire pacífico y casi espiritual. Son sociables, se mueven en manadas y no representan una amenaza para los humanos. Tener uno en casa sería como tener un ciervo prehistórico que se comunica con melodías. Solo necesitarías mucho espacio para que pudiera correr libremente. A cambio, ganarías un compañero elegante, tranquilo y capaz de llenar tu jardín con una sinfonía jurásica.
¿Dónde puedo encontrar online las franquicias de Jurassic Park y Jurassic World?
Para descubrir todas las películas de las franquicias Jurassic Park y Jurassic World consulta la guía de streaming de JustWatch. Puedes filtrar tu búsqueda por servicio de streaming, género, precio, edad y puntuación. ¡Asegúrate de crear tu lista de favoritos y recibir notificaciones útiles sobre qué ver a continuación según tus preferencias!