¿Como huir de una película tan grabada en la memoria como la adaptación del Ripley que hizo Anthony Minghella? Arrebatándole el color que tanto la definió. Esta nueva versión, en forma de serie, se busca un referente visual todavía más icónico: el cine clásico en blanco y negro. Es al que accedió Patricia Highsmith como espectadora y el que dictó el tono de sus novelas. Si amamos a personajes como Ripley, Dexter o Hannibal no es por su condición de psicópatas, sino por su talento para serlo. El veterano Andrew Scott, que elevó al Sherlock de la BBC como su carismático Moriarty, está inmenso. Es tan perfecto para el papel que podría haber protagonizado la juvenil Saltburn sin ningún problema.